Diferentes medidas de control se aplican en diferentes países para interrumpir o disminuir al máximo la transmisión del virus causante de COVID-19. Se aplican con diferente intensidad y en diferentes momentos de la evolución de la epidemia, y uno de sus objetivos principales es evitar el desborde de los servicios de salud provocado por un incremento acelerado de casos graves. La evidencia existente muestra que una combinación de diversas medidas de aislamiento y distanciamiento físico reducen de manera marcada la transmisión del virus. La mayoría de las estimaciones del impacto tiene un alto grado de imprecisión, y es muy difícil cuantificar la contribución de cada una de las medidas dado que en general se ha aplicado una combinación de las mismas. Una de las intervenciones más eficaces es la identificación y cuarentena temprana de contactos, que podría evitar 44% a 81% de nuevos casos y 31% a 63% de todas las muertes. Descargar reporte completo (PDF)